28 febrero 2009

Vivir en "la era de la información"

Cada que intento comparar la vida de un estudiante en la actualidad con la vida de un estudiante en épocas pasadas, mi memoria es inundada con las anécdotas de los profesores “antes los trabajos se hacían a máquina de escribir, la información era obtenida de libros”. Para la mayoría de ellos la escritura era de a dedito y si se equivocaban podían arruinar toda una hoja de tedioso trabajo; otro de los problemas de aquellos tiempos era la falta de fuentes de información, si surgía una duda a las doce de la noche y no había un libro o mínimo una monografía (buenísimo recurso cuando estudie la primaria) simplemente no había nada para remediar nuestro problema.

Para fortuna nuestra esa situación ha cambiado y ahora no hay necesidad de ir a la papelería por un corrector para máquina de escribir, o una monografía para nuestras investigaciones, hoy todo lo resuelve Mamá computadora.

Las computadoras, Internet, reproductores mp3, cámaras, celulares, y otras tantas herramientas, se han convertido en un estilo de vida. Quién no ha dicho alguna vez voy a checar mi correo, chatear, revisar el myspace, hi5, y todas esas comunidades de Internet (Si no perteneces a una, no estás en ONDA).


El mundo ha reducido sus distancias, ha puesto en nuestras manos herramientas que hace a penas diez años eran insospechadas, es decir, no es que hace diez años no existieran sino que eran poco accesibles. Con el boom de Internet, la tecnología para las nuevas generaciones es un requisito, y si no es cubierto, podría ser similar a no saber leer o escribir. Antes se decía analfabeto al que no sabía leer y escribir, ahora el término es Analfabeto funcional, utilizado para los que no saben usar una computadora.


Tal parece que todo está a nuestro alcance, sin embargo debemos saber aprovecharlo. Hoy no podemos sólo saber utilizar mediocremente Word y quedarnos con el primer resultado que arroja Google. El fácil acceso a la información ha desarrollado a su vez una gran competencia y por lo tanto exige de nosotros cada vez más. Copiar el contenido de la Web, pegarlo en Word e imprimirlo sin leerlo es muy fácil, pero ¿nos sirve de algo?


La idea es saber adaptar las herramientas a nuestras circunstancias. Dicen que el dinero no es todo, pero como ayuda; lo mismo pasa con la tecnología. En la Web encontramos todo tipo de ayuda; por ejemplo, uno de mis intereses es la fotografía, me suscribí a un blog dedicado a ella y la información que presenta es buenísima; otro es la cultura egipcia, entonces encontré una página dedicada a los egiptomanos; de vez en cuando leo a Raúl Trejo; el periódico en línea y como alternativa a la televisión está YouTube; en fin, podría hacer una lista enorme, pero ese no es caso.


La era de la sociedad de la información es una realidad; que también sea la era del conocimiento depende del uso que le den a la información los privilegiados que formen parte de esta élite. La brecha digital, impide que todos tengan acceso a las nuevas tecnologías y hagan uso de ella. ¿Qué vendrá después?

16 febrero 2009

¿Quién dice qué es leer?

Tiré mi corazón al azar y me lo gano la lectura
Carlos Monsiváis

¿Quién dice qué es leer? Fue una pregunta que surgió en una clase después de que dos chicos vendedores de libros de superación personal salieron del salón de clases. Aprovechamos la interrupción para debatir sobre el nivel de lectura en México y la calidad de la misma. Algunos compañeros aseguraban que en México es nula la lectura, otros veíamos que si hay lectores en México, pero que estos no son de calidad.

En mis ratos de Metronauta , observo que muchos mexicanos leen el periódico, sin embargo son periódicos de poco prestigio y generalmente escandalosos, otros tantos leen historietas “casi-pornográficas” las mujeres buscan la revista de espectáculos, algunos son apasionados por lecturas de superación personal y otros más por novelas ligeras; pero cuando se trata de los grandes clásicos de la literatura o de tratados filosóficos sobre política los lectores son escasos, pocos leen este tipo de textos debido a la gran capacidad de abstracción que se necesita para su comprensión y elevado costo que tienen estos. En síntesis, al igual que los medios de comunicación, los libros nunca serán una necesidad básica para el mexicano.

La lectura es impuesta por aquellos que tiene el control de las industrias culturales, no sólo a nivel nacional, sino también las empresas transnacionales, a través de la publicidad, principalmente en Internet, las grandes editoriales se encargan de transmitir un cúmulo informativo que no necesariamente informa sino que atrae a sus compradores, porque los hace creer que están cultivados si leyeron ese libro.


El origen del problema es en la infancia, la etapa en la que los pequeños se divierten con el televisor y no con un libro, en la educación básica que no cuenta con los recursos necesarios para tener una biblioteca digna para pequeños; no es que se pierda el interés en la lectura, sino que nunca ha existido.

Aquellos que somos amantes de los libros muchas veces somos incomprendidos por los demás. Infinidad de veces he escuchado, -deja de leer, para qué quieres tantos libros, te vas a quedar ciega, para qué lo buscas en un libro si viene en Internet, etc.

Es evidente que el hábito de la lectura es cada vez más escaso entre los mexicanos.

Adictos a la tecnología

“Lo que hoy ha empezado como novela de ciencia ficción,
mañana será terminado como reportaje”
Arthur C. Clarke



Cuando era pequeña y veía Los Supersónicos, deseaba una vida así de fácil y llena de tecnología, donde los robots y las computadoras me resolvieran la vida. Hoy veo que ese futuro está cada vez más cerca y soy afortunada (o desafortunada) al tener acceso a las nuevas tecnologías de la Era de la Información; sin embargo, ahora que vivo en esta realidad, extraño tanto los viejos tiempos donde leer un libro era algo agradable, ya que no sólo se podía leía, sino también se tocaba y olía. A mi parecer, las lecturas en pantalla no son nada agradables, al contrario, son muy cansadas.


Quizá sea una pequeña salvaje que no quiere adaptarse a la vida llena de tecnología, posiblemente eso se deba a que en mi infancia no tuve una televisión de niñera y mucho menos una computadora, sino a una mujer de carne y hueso que pertenece a la especie Homo Sapiens.


¿Será posible que el Homo Sapiens esté involucionando a Homo Videns? ¿Un aparato como el televisor puede llegar a sustituir todas las costumbres de la cultura humana? ¿El mismo efecto ocurre con todos los habitantes del planeta?



Existen dos características fundamentales del ser humano: razonar y conocer, gracias a ellas los hombres son capaces de construir un mundo simbólico que le permite organizarse y vivir en comunidades. Antes de la llegada de los medios de comunicación (que mejor dicho son de información) las civilizaciones sólo podían comunicarse cara a cara o a distancia a través de un medio como la carta o el telégrafo que sólo permitía la interacción entre dos personas.


El cine fue el pionero de la comunicación colectiva, ya que en sus inicios transmitía la cultura de una manera uniforme a los que tenían el acceso a él, porque contaba la historia con imágenes, a diferencia de la prensa que era poco accesible porque la mayoría de los hombres eran analfabetos.


Con el advenimiento de la radio y el cine sonoro, el tránsito de la palabra escrita a la palabra oral incrementó significativamente y lograron imponerse no sólo como medios de información, sino también como medios de entretenimiento, que en sus lejanos inicios podrían servir como instrumentos de cultivación del hombre.


La llegada de la televisión innovó el ámbito de la comunicación, porque ésta nos permitía ver de lejos, descubrir y conocer otras culturas que posiblemente en la vida cotidiana eran inaccesibles. De esta manera, la imagen llegó a ser más importante que la palabra porque facilitaba la comprensión del mundo, debido a que no era necesario saber leer para entender.


A pesar de todo la televisión no es la responsable de una sociedad desinteresada por la cultura, la lectura y el pensamiento crítico ¿no es el pecado de quien lo comete?, porque culpar a la televisión de los errores del ser humano; al fin de cuentas, es sólo un medio que transmite lo que otros humanos quieren que transmita. La principal culpa es de los grupos que tienen en su poder el control del medio, los encargados de inventar los programas informativos y de entretenimiento.


Es un error pensar que una persona se puede informar y formarse viendo televisión. En la actualidad este medio está siendo desbancado por Internet, que no sólo nos permite leer, escuchar y ver, sino también interactuar con personas que físicamente están muy lejanas. Los jóvenes de hoy prefieren chatear que hablar por teléfono, ver un video en YouTube que ver un DVD, jugar virtualmente que salir con sus amigos a “echarse una cascarita”.


En fin, cualquier niño, antes de conocer un libro, incluso, antes de pronunciar sus primeras palabras ya conoció a la televisión y seguramente en el futuro en vez de utilizar un lápiz y un cuaderno utilizará una Netbook.