mañana será terminado como reportaje”
Arthur C. Clarke

Cuando era pequeña y veía Los Supersónicos, deseaba una vida así de fácil y llena de tecnología, donde los robots y las computadoras me resolvieran la vida. Hoy veo que ese futuro está cada vez más cerca y soy afortunada (o desafortunada) al tener acceso a las nuevas tecnologías de la Era de la Información; sin embargo, ahora que vivo en esta realidad, extraño tanto los viejos tiempos donde leer un libro era algo agradable, ya que no sólo se podía leía, sino también se tocaba y olía. A mi parecer, las lecturas en pantalla no son nada agradables, al contrario, son muy cansadas.
Quizá sea una pequeña salvaje que no quiere adaptarse a la vida llena de tecnología, posiblemente eso se deba a que en mi infancia no tuve una televisión de niñera y mucho menos una computadora, sino a una mujer de carne y hueso que pertenece a la especie Homo Sapiens.
¿Será posible que el Homo Sapiens esté involucionando a Homo Videns? ¿Un aparato como el televisor puede llegar a sustituir todas las costumbres de la cultura humana? ¿El mismo efecto ocurre con todos los habitantes del planeta?
Existen dos características fundamentales del ser humano: razonar y conocer, gracias a ellas los hombres son capaces de construir un mundo simbólico que le permite organizarse y vivir en comunidades. Antes de la llegada de los medios de comunicación (que mejor dicho son de información) las civilizaciones sólo podían comunicarse cara a cara o a distancia a través de un medio como la carta o el telégrafo que sólo permitía la interacción entre dos personas.
El cine fue el pionero de la comunicación colectiva, ya que en sus inicios transmitía la cultura de una manera uniforme a los que tenían el acceso a él, porque contaba la historia con imágenes, a diferencia de la prensa que era poco accesible porque la mayoría de los hombres eran analfabetos.
Con el advenimiento de la radio y el cine sonoro, el tránsito de la palabra escrita a la palabra oral incrementó significativamente y lograron imponerse no sólo como medios de información, sino también como medios de entretenimiento, que en sus lejanos inicios podrían servir como instrumentos de cultivación del hombre.
La llegada de la televisión innovó el ámbito de la comunicación, porque ésta nos permitía ver de lejos, descubrir y conocer otras culturas que posiblemente en la vida cotidiana eran inaccesibles. De esta manera, la imagen llegó a ser más importante que la palabra porque facilitaba la comprensión del mundo, debido a que no era necesario saber leer para entender.
A pesar de todo la televisión no es la responsable de una sociedad desinteresada por la cultura, la lectura y el pensamiento crítico ¿no es el pecado de quien lo comete?, porque culpar a la televisión de los errores del ser humano; al fin de cuentas, es sólo un medio que transmite lo que otros humanos quieren que transmita. La principal culpa es de los grupos que tienen en su poder el control del medio, los encargados de inventar los programas informativos y de entretenimiento.
Es un error pensar que una persona se puede informar y formarse viendo televisión. En la actualidad este medio está siendo desbancado por Internet, que no sólo nos permite leer, escuchar y ver, sino también interactuar con personas que físicamente están muy lejanas. Los jóvenes de hoy prefieren chatear que hablar por teléfono, ver un video en YouTube que ver un DVD, jugar virtualmente que salir con sus amigos a “echarse una cascarita”.
En fin, cualquier niño, antes de conocer un libro, incluso, antes de pronunciar sus primeras palabras ya conoció a la televisión y seguramente en el futuro en vez de utilizar un lápiz y un cuaderno utilizará una Netbook.
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