PRIMERA PARTE
El
albur es la forma más ingeniosa de hablar del mexicano, somos los únicos en el
mundo que hemos podido destrozar el idioma de Cervantes en esta forma… es una
cosa de trueque, voy, vienes, vas, te digo, me dices tú, el rebote y el
contrabote y el ultimo que habla, gana.
Chava
Flores
A Tepito todos lo traen en
la boca, todos hablan de él y lo nombran
el barrio temido, el chico cuando entra allí, sale totalmente agradecido por el
mundo que ha conocido. Como dicen los filósofos del barrio bravo “lo importante
en esta vida no es crecer sino dar el ancho”.
En
la enorme selva comercial uno encuentra de todo, productos derivados del capitalismo
amarillo (lo mismo pero más barato), artículos que van desde los últimos
estrenos de cine, hasta pájaros exóticos. Aquí los marchantes no se molestan
porque un carro pasa en medio del tianguis, mucho menos si es una motocicleta,
se debe tomar precaución para que nadie te lo agarre… el dinero, porque los
tepiteños tienen la fama de ser carteristas de profesión, pero siguiendo las
recomendaciones de la gente del barrio, puedes entrar y salir ileso.
Para
llegar a Tepito hay que pararse en Pino Suárez y ver para Catedral, de allí
caminar hasta cruzar el Eje Vial 1; una vez que ha llegado, es recomendable
meterse de dos en dos y así aseguraran sus bolsillos, porque el barrio bravo ha
sido estigmatizado como un lugar peligroso donde roban y venden drogas, y
aunque sus habitantes aseguran que no, más vale prevenir que lamentarse uno
mismo.
En
Tepito a veces las apariencias engañan, que sea uno de los lugares donde aún existen las
vecindades del México antiguo, no significa que sus habitantes sean pobres y
sin educación; el comercio les ha dado para comer y para viajar alrededor del
mundo, como es el caso de Lourdes Ruiz nativa del barrio, que de su negocio de
ropa interior ha sacado adelante sus propósitos de viajar por el mundo, “Tepito
me lo ha dado todo, para mi es el orgasmo del mundo porque es como una muerte
chiquita, todos tienen miedo de llegar a él, pero cuando lo conocen, les
gusta”.
Aquí
encuentra de todo, los tepiteños le ofrecen una amplia variedad de ropa. Es común
que cuando cruces la esquina de Toltecas y Bartolomé escuches ¿talla chica o
talla grande? ¿Cuál le damos? ¿te gusta el saco café con ojales blancos?. Ropa
usada, pero no de paca a precios muy accesibles, puedes encontrar prendas de
dos pesos o más si es que lo prefieres; ropa original de marca con telas
importadas: tela tasco, tela rimo, tela coloco y tela japonesa; hay para
escoger, según el gusto de cada quien; pero también existen las imitaciones bien
hechas.
La verdolaga enmascarada, campeona nacional del albur
Además
del negocio de la ropa interior, Lourdes se
dedica a vender enchiladas de hoyo los domingos que pueden ir
acompañadas de ricos raspados de anís. No es fácil encontrar un lugar fijo para
comer, pero en los pasillos, los tamales pasan y pasan; abundan los plátanos
con crema y los plátanos fritos, sólo no te metas todo en un solo bocado porque
se te pueden atorar. Si prefieres platillos más fuertes puedes probar los
guisados de chile en su mole de olla acompañados con frijoles de Apizaco; de
postre hay churros con azúcar, camotes de Puebla y las alegrías del tieso; para beber, encuentra cafecito con azúcar y leche o
si siente mucho calor, saque el pulque y
las cervezas.
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